Seis movimientos para una línea

Una investigación sobre el dibujo. Una serie trabajos que exploran el dibujo desde distintos abordajes: un dibujo sobre tela de grandes dimensiones en el límite con la pintura, los dibujos originales de un libro, el libro impreso con los dibujos editados que acompañan los textos, una serie de collages hechos de fragmentos de dibujos, varios dibujos sobre tela, unos caleidoscopios que fabrican imágenes lineales.

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Sin título, 2015. Óleo sobre tela suelta (sin bastidor) pintada en el reverso en color pleno,
190 x 150 cm.

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Dibujos del libro Bestiae Mentis. Narraciones de Carina Meirás. Tinta china sobre papel. cada uno 45 x 30 cm aprox. 2014

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El libro Bestiae mentis, 2014. 20 narraciones de Carina Meirás acompañadas por 10 dibujos,
17 x 17 cm, 60 páginas, editorial Alción.

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Sin título, 2015. Collages sobre papel. cada uno 45 x 30 cm aprox.

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Sin título, 2016. Acrílico sobre tela suelta (sin bastidor) pintada en el reverso en color pleno.
Cada uno 45 x 31 cm.

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Sin título, 2016. Acrílico sobre tela suelta (sin bastidor) pintada en el reverso en color pleno.
71 x 18 cm.

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Sin título, 2016. Acrílico sobre tela suelta (sin bastidor) pintada en el reverso en color pleno.
71 x 18 cm.

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Sin título, 2016. Acrílico sobre tela suelta (sin bastidor) pintada en el reverso en color pleno.
37 x 36 cm.

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Caleidoscopios. Vistas en uso.

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Caleidoscopios. Vista interior de varias poses de cada uno de los tres caleidoscopios.

Octubre de 2016 en García y Compañía, ciudad de Buenos Aires.

Como si el terreno tuviera seis entradas, y cada entrada diera paso a lo que no lo preexiste, es decir, línea y terreno yendo al unísono para dar existencia a lo que sucede, acaso, ni antes ni después, en el preciso instante en que el movimiento se vuelve todo y parte de una línea que no se detiene. Un acto de exploración, que a la vez que indaga, construye su espacio. Acercarse a la pintura, enraizarse en el código del dibujo más raso, volverse collage, tensarse hasta dialogar con la palabra. Podemos pensar el dibujo como una totalidad intangible, un gran terreno donde volver visibles presencias invisibles. Y a la inversa, un cuerpo sólido que se multiplica hasta hacerse infinito, mientras deja una y otra vez la huella de su comienzo. O podemos pensar que el dibujo es un caleidoscopio sembrado en el centro del mundo, una ars poética hecha de rectas y curvas. Una línea, fin y principio de toda cosa.

Florencia Walfisch – octubre de 2016

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